El hotel más pequeño del mundo subsiste en Islas Canarias
El hotel Punta Grande figura en la famoso libro Guinness de los récords por ser el más pequeño del mundo. Las instalaciones de este lugar se encuadran dentro de una superficie de tan solo 600 metros cuadrados y un techo de nueve metros de altura.
Este hotel español está localizado en la isla de más difícil acceso de las Islas Canarias: la isla Hierro. En este lugar habitan unos lagartos gigantes prehistóricos, lo cual no suena muy agradable. Sin embargo a Punta Grande no parece importarle mucho este inconveniente, y se arregla como puede, subsistiendo hasta el día de hoy.
Esta maravilla del minimalismo espacial aprovechó su historia para decorarse. El Punta Grande fue una oficina de aduanas que no superó la crisis del comercio marítimo entre América y España. Siendo testigo de numerosos naufragios y decomisos, los objetos que adornan el hotel proceden de ellos. Cartas de navegación, brújulas y hasta un traje de buzo se exhiben en algunas de sus habitaciones.
El Punta Grande es un lugar ideal para disfrutarlo en períodos de reflexión, puesto que no posee ni minibar, ni teléfonos ni televisión, y al estar situado en una isla tan pequeña, qué mejor que visitarlo en solitario durante un fin de semana.
El hotel Punta Grande figura en la famoso libro Guinness de los récords por ser el más pequeño del mundo. Las instalaciones de este lugar se encuadran dentro de una superficie de tan solo 600 metros cuadrados y un techo de nueve metros de altura.
Este hotel español está localizado en la isla de más difícil acceso de las Islas Canarias: la isla Hierro. En este lugar habitan unos lagartos gigantes prehistóricos, lo cual no suena muy agradable. Sin embargo a Punta Grande no parece importarle mucho este inconveniente, y se arregla como puede, subsistiendo hasta el día de hoy.
Esta maravilla del minimalismo espacial aprovechó su historia para decorarse. El Punta Grande fue una oficina de aduanas que no superó la crisis del comercio marítimo entre América y España. Siendo testigo de numerosos naufragios y decomisos, los objetos que adornan el hotel proceden de ellos. Cartas de navegación, brújulas y hasta un traje de buzo se exhiben en algunas de sus habitaciones.
El Punta Grande es un lugar ideal para disfrutarlo en períodos de reflexión, puesto que no posee ni minibar, ni teléfonos ni televisión, y al estar situado en una isla tan pequeña, qué mejor que visitarlo en solitario durante un fin de semana.
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