Esta llena la calle de personas que continúan su camino por el pavimento,
se saludan, conversan y se respira la humedad en el ambiente;
el aire fresco que llega, yo parado en la puerta de mi casa,
contemplando la fachada de las casas,
de diversos colores.
Los niños corriendo como locos de un lado a otro de la calle, sonriendo y jugando,
sabiendo que la vida es de ellos y los han bendecido con tremenda energía,
me sonríen y siguen.
Se dibuja en mi mente este cuadro con tanta nitidez,
como si estuviera allí y me traiciona la cabeza al revivir tan distante recuerdo
estando distante del hogar, de aquellos que veo con claridad ante mí.
Quiero estar allí y pensar que es un sueño real y no un recuerdo emocional,
abrazarlos y decirles cuanto los quiero,
que los extraño y que son parte de mí.
Los quiero mucho.
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